Existen numerosas ventajas de la aplicación de inversiones en formación en el seno de la empresa, no sólo para ella, sino para los individuos que en ella trabajan. La formación puede ser un elemento, que adecuadamente utilizado mejore notablemente el clima social de la empresa y, desde otro punto de vista, repercuta favorablemente en la posible presencia de un sentimiento corporativo en los recursos humanos. Además de ello, para la empresa, la ventaja más destacable, es la de un incremento de la productividad de sus Recursos Humanos: menos absentismo laboral, mayor movilidad funcional, menos accidentes laborales, y mayor satisfacción de los clientes son consecuencias directas de las inversiones en el área formativa.
La Formación contribuye con la empresa a lograr sus objetivos corporativos, preparando a los individuos para realizar una tarea concreta con mayor eficacia. Sin embargo, también puede utilizarse con otras miras menos a corto plazo: la utilización de la
Formación como elemento de impulsión de cambios organizativos y estructurales, es uno de los pilares básicos compartidos por los modernos planteamientos de management.
La formación debe ser por tanto un elemento catalizador y motor de la adecuación de los hombres a las innovaciones tecnológicas, generando en los trabajadores una mayor satisfacción con su desempeño profesional y una mayor motivación, y posibilitando además una optimización de la calidad y la productividad en la empresa. En este sentido la formación es una inversión y una variable estratégica de la empresa. No debe considerarse un gasto, sino una inversión.
Todo esto unido a que las PYMES representan actualmente el 99% de todas las compañías existentes en la Unión Europea, generando el 65% del volumen del negocio total (la estructura empresarial española y europea está caracterizada por el dominio de las pequeñas y medianas empresas), y que las zonas rurales representan en la actualidad el 80% del territorio de la Unión Europea, encontrándose sometidas a enormes presiones que en ocasiones dificultan establecer un equilibrio demasiado frágil, además de que el 20% de la población reside en ellas, indica que se debe realizar una formación en nuevas tecnologías a las empresas y a los integrantes de las zonas rurales para dinamizarlas, impulsarlas y conseguir que cada vez sean mas competitivas.
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